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Pasión futbolera

A Marcelo Rodolfo Tello Biscayart, presente, se lo llevaron después de marchas de la mesa de los gremios en lucha el 9 de marzo del 76, y a partir de ahí empezaron los años más sombríos de nuestra historia familiar y nacional.

Cuando caían papelitos de colores y la gente agitaba banderas, enardecida por el principio del mundial, desaparecieron a Pablo Daniel Tello Biscayart y a Rafael Arnaldo Tello Biscayart presentes, y a sus dos esposas, Mariana y María del Carmen, el 31 de mayo de 1978.

Un tiempo después las soltaron a las dos, pero ellos no volvieron, y empezó una seguidilla de habeas corpus, mudanzas, exilios, insilios, pérdidas de todo tipo. Todo sobre fondo de algarabía general que contrastaba cruelmente con la angustia de sus compañeras, hijos y amigos por la desaparición hasta el día de hoy de Marcelo, Pablo, Rafael, y el asesinato de Eduardo Pereyra Rossi Biscayart, presente.

Es por eso que, por mucho tiempo, algunos de mi familia, como yo, estuvimos alejados de la pasión futbolera. El año pasado me contactaron para la reconstrucción del perfil de los cuatro, y me invadió, debo decir en honor a la verdad, un cierto recelo. Me costó entender que a una nueva generación le interesara conocer y reconocer las historias de desaparecidos hinchas del club.

En este caso fue totalmente distinto. Con infinita paciencia, Enrique Kobla y Agustín Bellido de la Comisión por la Memoria de Gimnasia Y Esgrima de La Plata, estuvieron durante meses, haciendo una labor de hormiga para reconstruir con las familias, el recorrido de vida de nuestros desaparecidos. Con una precisión de orfebre verificaron con los familaires, cada dato hasta que ellos y nosotros estuvimos seguros. Con infinita delicadeza, modificaron cuantas veces fue necesario el perfil de cada uno. Les agradezco tanta generosidad a todos los de la Comisión y en particular a ellos dos.

Después de lo que ocurrió con Lolo Regueiro el 6 de octubre de 2022 en la feroz represión a los hinchas por parte de la Policía Bonaerense, quedó claro que algunas cosas no cambian. Pero este homenaje coincide con que en las últimas marchas pude ver al hincha tripero, entre los de otros clubes, salir en defensa de los jubilados. En estos momentos de ataque a la memoria, a los derechos adquiridos con tanta lucha, al desprecio afichado por el gobierno por la comunidad LGBTQ+ pueblos originarios y diversidades, ver esas remeras azules y blancas en las marchas me genera un sentimiento de orgullo por el Lobo. Porque memoria verdad y justicia es también parte de la pasión del club.

Lolo Regueiro, presente

30.000 compañeros desaparecidos, presente

Ahora y siempre

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