Crónica micrera
Micro, 18 horas, camino al farwest periurbano. Las dos bamboleadas, por el Ford del 80 devenido transporte de pasajeros. Lo de pasajeros es un decir porque el viaje era eterno.
Yo- ¿Venís a casa o lo ves al muchacho?
A mí no me gusta poner rótulo si la/el principal interesado/a no lo usa, por lo tanto, aprovecho todas esas expresiones medio indefinidas para referirme al chico / novio /garche / amigovio/ amigo con derechos/chongo /huesito/pareja/compañero/marido/media naranja/medio limón/peor es nada/ de mi amiga.
– Hoy lo veo a Mumi, contesta Lucía.
Mi cara entremezclada de asco y estupor debió ser muy visible porque hizo que se corrigiera solita.
-Es que se me pegó porque mi hermano le dice así. Dijo, como disculpándose.
¿Mumiiiii??? Mumi tiene 1.85 y un corpacho de pilar de rugby. ¿Cómo, Mumiiii? Es como ver al bachatero Romeo Santos, ¿lo ubican? tremendo hombrote, cantando con voz aflautada de Julieta. hay como una incoherencia entre la voz y el cuerpo. En este caso el corpacho no se condice con el sobrenombre de Mumi. En mi opinión, el cuñado se lo puso destilando veneno.
Pero es cierto, los sobrenombres amorosos suelen ser impresentables. A ver, ¿porque esa necesidad de ser mersa? ¿Por qué derrochar cursilería barata?
Los que optan por la gastronomía, onda mi bomboncito de dulce de leche, mi trocito de miel, mi flancito de caramelo, ¿sufrirán de bulimia sentimental?
Qué pasa cuando te dicen con un adjetivo: Gordo/a, flaco/a, negro/a, petiso/a chino/a decime, ¿aportan como sobrenombre cariñoso? ¿Desde cuándo? ¿A quién se le ocurre que decirle Gordo/a o al revés Flaco/a, Petiso/a a su amado/a le sirve a su autoestima y es demostración de cariño?
Ah no, pero mencionemos una categoría especial: los que te vienen con el “mami, llegó tu papi”, a toda hora, ¿tipo telenovela venezolana??? ¡Lo último que quiero es que me vea como su mamá, por favor, incesto nooo! Al revés, bebé, bebota, nenucha, muñeca, es casi pasarse por el traste tu título terciario.
En otro rubro, que opinan de bicho, a mi si me dicen «bicho» lo cago a trompadas al tipo, porque cómo, ¿no era un insulto?
Yo sé que me criaron padres que eran poco demostrativos conmigo, más que hija no me decían de pequeña. Empero de ahí a explayarse en sobrenombres con descripciones naturales como preciosa flor de primavera, petalito de alhelí, luz de mis días, estrellas de mis noches y sigue la lista no me parece motivo de orgullo.
Está también la categoría de los que son infames pero sin significado claro como chanchis, chuchi, michi, gordis o peor, en combinación, como ser chuchi-bichi. No se supone que lo/a querías? Yo creo que en doble es terrible, viene un tipo y me dice michi-gordi y me cruzo de vereda.
Ah no, pero hay más. El que se hace cargo y registra el nombre del/a susodicho/a con el vergonzoso apodo. El colmo de la ridiculez, imaginen un bondi lleno a las 8 de la mañana, te suena el celular, ¡y sale en pantalla AAA AMORCITO!!!! con corazoncitos (verídico y vivenciado) ¡es un quemo!
Es como que son expresiones de la desidia de la inteligencia bajo efecto del enamoramiento, lo que nos parecería hasta insultante en otras personas, no nos molesta si nos lo dice Chanchis. Al parecer, «Mumi» vale la pena según ella, así que habrá que acostumbrarse…
Que buenas historias, muy originales invitan al continuará…