| |

Crónica desorientada

Sábado, 14 horas. La progenie con el exqpdmh (ex-quía padre de mis hijos, por si no recuerdan). Yo me subí a un micro. Hacia la concha de la lora.80 km exactamente. Hay conchas de la lora más lejanas, pero en esta en particular vive el chuchi.

Por suerte ya conozco el barrio. Dos años que voy casi todas las semanas. Doy la vuelta a la manzana y en algún momento aparece el chino de la vuelta. Si no lo encuentro voy como los pescados, doblando a 90 grados infinitamente. Y es que, la verdad sea dicha, tengo menos orientación que una ardilla,

¿perderme a dos cuadras de casa? Total normalidad para mí.

Hay gente que nace con el GPS incorporado, ¿viste? Me generan una especie de admiración mezclada con odio. Porque te miran y dicen:

– ¡Es para allá!

Y era para allá, pues.

Peor, hay una clase superior. Viste esos que te dicen:

-Mirá, en línea recta, a vuelo de pájaro, tenés la catedral, si seguís en esa dirección está el bosque y el observatorio y derecho al norte el obelisco.

Ah no, a esos hay que exterminarlos a todos, no merecen vivir.

Capaz que tiene que ver con el hecho de que me mude 27 veces, dejo el dato ahí. Quizás un psicólogo encuentre interesante el detalle de mudanzas interurbanas, interprovinciales, internacionales y hasta intercontinentales.

¿Cómo hago, dirán?

O me dejo llevar mansamente por quien posee ese don de ubicación geoespacial (quizás no debería exterminarlos a todos, dejemos algunos) o voy como perro en bote mirando el nombre de la calle, la numeración, registrando detalles curiosos y obviamente, asediando veinte veces a los transeúntes con:

– ¿Para qué lado queda…?

Para mí, la salvación fue comprar un celular como la gente. Uno con google maps quiero decir. Ponés a donde querés ir y te lleva. ¡Fue hecho para gente como yo!

Voy a averiguar quién lo invento y levantarle un monumento en el patio de casa…

Otros escritos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *