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Crónica de la abstinencia

¿Viste cuando estás dolido sentimentalmente? ¿Cuándo aceptás que estás de duelo y necesitás un tiempo para estar mejor? Bueno, uno dice, ok, es necesario, así que voy a transitar esto, y blablablá.

Ahí tomás conciencia de la tan mentada división tripartita de la persona, el padre, el hijo y el espíritu santo, pero en este caso el yo, el super yo y el ego, o la lógica, el alma y las vísceras.

La lógica te viene con el análisis ese del orto, y dice fríamente, si no había acuerdo/congruencia/alineación, etc. mejor así.

El alma te dice: dueleeeeeee, el desprecio, el rechazo, lo que sea, pero dueleeeeee y quiere que la dejen estar dolida en paz.

¿Y las vísceras? O sea, la pochola… A esta no le importa nada y solo dice: ¿dónde está el que sigue?

¿Qué pasa cuando tus bajos instintos se despertaron antes de que termine el período de digestión de la última historieta? Y sí, porque son más rápidos ellos que lo que pretenderías, la abstinencia ya va pesando.

Entonces vas por la calle y todo lo que sea vagamente masculino te provoca un crecimiento de colmillos vampirescos que no podés disimular. Llega un punto en que hasta el verdulero te parece apetecible. Viene el buen hombre con el lápiz en la oreja y te dice:

-Doña, ¿qué le pongo?

Normalmente el «Doña» te debería tirar la libido por el piso, sin embargo, te sorprendés contestándole:

-Y no sé, zanahoria, banana, chaucha, lo que tengas…

Se da vuelta para juntar las verduras y vos te das cuenta (lo peor es darse cuenta y no poder evitarlo) de que le estás mirando la raya con deleite. ¿Cuánto más me falta para cerrar el duelo?

-A las mujeres cualquier proceso les lleva un mes, dijo Daniel, 25 años de feliz, si sí feliz, matrimonio.

-¿Ah sí? le pregunto, ¿cómo sabés?

-Porque son cíclicas, con cada período renuevan todo (este sí que sabe de minas).

Así que estaba en esas, pasando el mes a ajo y agua. Encima cae el ex quía padre de mis hijos diciendo que se lleva a los vástagos para fin de año por dos o tres días. ¿What????? Ahí decís, no puedo más, tengo que hacer algo.

Cazás tu agenda, y empezás a mirar tus ex o posibles quías pensando:

-mmmmm este me llamó el mes pasado, por ahí hay chance de remontarla, este no terminó taaaaan mal, sólo quise emascularlo con una birome…Este mejor no, es de esos que viene y a la hora le querés abrir la puerta y que se caiga por la escalera…

Y también a los potenciales, los que andan rondando por ahí tipo moscardón que zumba, pero no pica. ¿Y si le doy una oportunidad a este?

Es que todo depende con el cristal con el que se mire, y cuando se hace sentir el hambre, les empezás a atenuar los defectos, como si los vieras con miopía, ¿no?

En fin, mi lógica todavía controla la situación, si ven que me da un desborde y hago papelones, atájenme antes de que sea irreparable.

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